EPV sale al paso de las críticas y defiende la expansión del T2

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En un tenso ambiente, el gerente general de la estatal, Gonzalo Davagnino, se refirió al proceso de crecimiento portuario. Opositores reiteraron sus reparos a la obra.

«Esto no es un encuentro de participación ciudadana, pero me llama la atención que se transforme en la confrontación entre dos grupos, estamos tratando de hablar de los problemas de Valparaíso y este no es el momento para levantar banderas». Con estas palabras, el presidente del Colegio de Arquitectos, Sebastián Gray daba cuenta de la tensión que alcanzó por momentos la discusión por la expansión portuaria, y en específico, por el Terminal Dos, que marcó la quinta jornada de la XIX Bienal de Arquitectura que se desarrolla en el Parque Cultural de Valparaíso (PCdV).

Era la primera vez que EPV, representada por el gerente general Gonzalo Davagnino, se refería al desarrollo del puerto en una instancia pública y formal como la Bienal y donde asistieron muchos de los porteños que mantienen serias diferencias con la manera en que la firma estatal efectúa el proceso, dando origen a un intercambio de palabras que alcanzó ribetes de tensión en varios puntos.

En ese marco se presentó el foro «Planificación, Gestión y Logística, Variables Para un Territorio Sostenible», donde el ejecutivo de la estatal realizó una historia de la relación ciudad-puerto en Valparaíso, proyectándola también con las inversiones que se están desarrollando en el borde costero, incluyendo la ampliación del Terminal Dos, la expansión del Terminal Uno, el mejoramiento de la accesibilidad a Puerto Valparaíso, el reinicio de las obras de Puerto Barón, el nuevo Terminal de Pasajeros y el proyecto PGE en Yolanda.

Visiones encontradas

«Vamos a recibir barcos de 14 a 18 mil contenedores y para eso debemos estar preparados, pero esto el puerto no lo puede hacer solo y necesita a la ciudad. Tenemos que seguir jugando en la grandes ligas o si no vamos a hacer un puerto ‘boutique'», dijo el ejecutivo a la concurrencia que esperaba con ansias el fin de la ponencia para comenzar a dar cuenta de sus reparos.

«Valparaíso tiene que seguir ampliando sus terminales», manifestó el gerente que detalló las inversiones, deslizando además aspectos interesantes como la posibilidad de que en Yolanda se instale un terminal escalable, o sea con un desarrollo gradual, y confirmó la opción cierta de que el dique pueda permanecer en Valparaíso.

Tras su intervención comenzaron las inquietudes de una concurrencia dividida. El primero en tomar la palabra fue el secretario general del Colegio de Arquitectos de Valparaíso, Daniel Morales, quien calificó el proyecto del T2 como «pésimo porque no se le ha consultado a la ciudadanía y quiero aclarar que no somos antipuerto, sino que hablamos de ubicarlo en otra parte del borde costero».

El profesional solicitó, totalmente fuera de programa, exponer algunos planteamientos apoyado por unas láminas. Una petición que fue aceptada por Davagnino. Las inquietudes de la concurrencia prosiguieron apuntando, entre otros puntos, al tema paisajístico por la llamada «muralla de contenedores», el futuro de los lancheros del Muelle Prat y los temas ambientales.

El tono de la discusión fue creciendo entre las partes y solo la acertada moderación del curador de la Bienal, Fernando Marín, evitó el descontrol. «Fue bastante agitado como lo esperábamos, pensamos que iba a ser con un poco más de respeto por parte de algunas personas, pero por momentos se encendieron los ánimos», confesaría después el arquitecto.

Y fue así, porque el último que quiso opinar fue el alcalde Jorge Castro, quien salió al estrado en medio de pifias de parte de la concurrencia. «Gracias», respondió el jefe comunal, quien en su discurso se refirió a la centralización en la toma de decisiones vitales para la comuna en su relación con el puerto.

«Acá no debería estar sentado el gerente de EPV, sino que la Presidenta de la República o los ministros», manifestó Castro, enfatizando que el desarrollo portuario responde a una política de Estado en que la ciudad tiene poco que decir.

«Las decisiones se toman en Santiago (…), la Presidenta de la República es la que determina los directorios de las empresas portuarias sin darle la posibilidad de participación a los alcaldes, concejos comunales o la comunidad; no tenemos ninguna posibilidad de ingresar al borde costero de la ciudad de Valparaíso ni menos tener derecho a voz y a voto en el negocio portuario propiamente tal», dijo Castro, agregando que la ciudad no se puede dar el lujo de tener casi US$ 700 millones de dólares en inversiones detenidas.

«Lo que necesitamos es que estas obras sean una realidad y cumplir los compromisos que el país ha adquirido en el caso del terminal de pasajeros y Puerto Barón respecto a una serie de servicios», aseveró.

Reacciones

Junto con valorar el intercambio de ideas, Davagnino se mostró preocupado. «Debemos ser muy respetuosos en la forma de mirar el puerto, me preocupa que se traten de monopolizar las ideas porque al final todos queremos lo mejor para Valparaíso», comentó el ejecutivo, quien se refirió a la tensión que alcanzó por momentos la instancia. «Me pareció de repente un poco virulento de parte de algunas personas, pero no puedo ser de la política de que los que piensan distinto a mí son enemigos míos, las ideas que el puerto tiene estoy dispuesto a discutirlas y conversarlas con personas que piensan distinto, pero teniendo siempre claro que el objetivo principal es dialogar y de manera respetuosa».

Sobre lo que viene comentó que «estamos básicamente concentrados en el Terminal Dos y creo que hay que entender que aparte de lo que puede ser la inversión de US$ 500 millones, que es muy importante, se debe pensar que Valparaíso es parte de una plataforma portuaria junto con San Antonio y Ventanas; y si no somos capaces de desarrollarla, sencillamente vamos a perder competitividad».

En tanto, Morales valoró que se haya generado un debate. «Me parece que este era el fin último de la bienal, plantear las visiones de los actores relevantes ante una ciudadanía que quiere saber en definitiva ‘para dónde va la micro'», dijo el profesional, quien también llamó al Estado a sincerar si le es conveniente o no la calidad de Ciudad Patrimonio de Valparaíso.

Por último, el presidente del Colegio de Arquitectos, Sebastián Gray, manifestó «que es imposible que el puerto rehúse la responsabilidad que tiene sobre el urbanismo de la ciudad».

Fuente: El Mercurio