Capacidad real de industria salmonera local estaría en torno a las 400.000 toneladas

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Una nueva regulación para la industria salmonicultora en Chile está obligando al cuestionado sector a asumir que deberá reducir fuertemente la producción, un escenario que podría elevar aún más los precios y a su vez, ser un buen negocio para algunas empresas.
La normativa presentada recientemente busca reducir el hacinamiento en las jaulas de cultivo instaladas en el sur del país, y así evitar la proliferación de mortales bacterias, virus y plagas que cada cierto tiempo dejan millonarias pérdidas para las compañías y miles de desempleados.
Según estimaciones oficiales y de la industria entregadas a Reuters, el nuevo escenario reducirá la producción a unas 650.000 toneladas en 2016, casi un 25% menos que el promedio de los últimos cuatro años y muy lejos del récord de 955.179 toneladas de 2014.
Sin embargo, el ambiente de la zona “tiene una capacidad máxima de producir 400.000 toneladas”, reconoció Jorge Mancilla, gerente de Salud y Nutrición en Chile de Marine Harvest, la mayor salmonicultora del mundo que se desafilió del gremio recientemente.
La estimación concuerda con la producción que los ambientalistas ven como sostenible para el ecosistema. “No es coincidencia que cada vez que se superan las 400.000 toneladas queda una crisis, siempre pasa algo, y es porque el ambiente no tolera más que eso”, aseguró Liesbeth van der Meer, directora ejecutiva interina de la ONG Oceana Chile.
Analistas del sector no creen que la producción llegue a esa cifra tan baja, pero concuerdan en que este año, el próximo y probablemente el 2018, la oferta chilena será más acotada y a futuro podría tocar un piso de 500.000 toneladas.
Según expertos, los sucesivos problemas sanitarios de la industria surgen porque los productores, ávidos por aprovechar cuando los precios son buenos, llevan al límite la capacidad de carga del ecosistema marino.
La sobrecarga tiene efectos acumulativos y ha servido de caldo de cultivo para la propagación, entre otros males, de la mortal bacteria SRS o Piscirickettsiosis -inexistente en otros países-, que justifica cerca del 90% de las toneladas de antibióticos que usan las empresas chilenas cada año.
Actualmente, los miembros de SalmonChile están divididos, en cuanto a cómo se distribuye la capacidad de carga para producir entre las empresas. Marine Harvest por su parte, quiere que sea en función del número de concesiones de cada operadora, otras firmas que sea dependiendo del comportamiento sanitario y el Gobierno está implementando un esquema en el cual las compañías parten de la capacidad que tienen al momento.
Fuente: Estrategia