Experto afirma que no es posible saber si vertimiento de salmones influyó en marea roja

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Una investigación presentada ayer en Ancud sobre la relación entre el vertimiento de salmones y un brote explosivo de algas, fenómeno conocido como bloom , ocurrido en marzo pasado, no llegó a resultados concluyentes sobre su influencia en la marea roja que afectó a la zona.

«Hay un bloom que se ve fertilizado por este vertimiento, que crece más, que lo sostiene en el tiempo (pero) no podemos decir, porque nadie lo investigó, que era marea roja o no», afirmó Ernesto Molina, doctor en Oceanografía, y quien presentó los resultados de una investigación realizada por la ONG Greenpeace respecto del fenómeno que afectó a Chiloé y a extensas zonas costeras de la Región de Los Lagos.

La crisis paralizó a la isla casi todo mayo pasado debido a la dependencia económica y cultural del consumo de mariscos, y se tradujo en una masiva movilización que incluyó el bloqueo de los accesos por Chacao durante 19 días.

Aunque Greenpeace, a través de un comunicado, atribuyó al vertimiento de más de cuatro toneladas de salmón en descomposición a una fosa frente a Chiloé de actuar «como un ‘fertilizante’ potenciador de la marea roja, aumentando su magnitud, intensidad y alcance», fue el propio Molina quien aclaró que no es posible decir si era o no la microalga que contiene el veneno paralizante de los mariscos. Aseveró, eso sí, que el vertimiento de esa materia orgánica actuó como un fertilizante de la floración.

El informe se basó en el análisis científico, con datos recogidos en terreno en Chiloé entre el 21 y 23 de mayo; revisión de datos de la NASA y análisis de imágenes satelitales, entre el 9 y el 25 de marzo; la información oficial del Gobierno y revisión de testimonios.

El académico reiteró que «lamentablemente nunca vamos a saber» si la microalga en esa zona, cuya presencia se confirmó por las imágenes satelitales, era o no la Alexandrium catenella . Ni siquiera si eran o tóxicas o no. «Nadie estaba ahí, nadie lo investigó, nadie tomó muestras de esa floración», señaló.

Solo saben que había una microalga, «porque hay certeza de que había una, que la podemos ver en las imágenes satelitales, con las características que tuviese, fue fertilizada, abonada, estimulada, potenciada en su crecimiento» por el vertimiento, indicó Molina.

Relató que cuando fueron en mayo, efectivamente había Alexandrium catenella , «pero ya es en mayo, dos meses y medio después» de ocurrido el vertimiento, lo que «no es causal de marea roja directamente (…) nadie puede afirmarlo ni negarlo (ni el equipo de expertos contratado por el Gobierno); lo que sí podemos decir es que el vertimiento fue hecho en un lugar donde existía un bloom y donde las condiciones oceanográficas que había en ese lugar iban a hacer que creciera y se perpetuara más».

Estefanía González, coordinadora de Greenpeace en Chile, acusó al Gobierno de la decisión del vertimiento, sin respeto por la Convención de Londres, que obligaba a realizar estudios previos para advertir de los posibles impactos ambientales para garantizar que no habría afectación del medio marino.

Fuente: El Mercurio