Las áreas marinas protegidas son claves para mitigar los efectos del cambio climático

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Actualmente, solo el 6% de la superficie oceánica del planeta está resguardada por reservas, parques y áreas marinas protegidas. La meta es llegar a 10% en los próximos tres años y tener 30% de los océanos protegidos en 2030.

Esa meta no solo ayudaría a proteger los ecosistemas y las especies que habitan en ellos.

«Si llegamos a tener el 30% de los océanos en reservas marinas altamente protegidas, tendremos mucho mayores posibilidades de enfrentar los impactos del cambio climático», subraya Matt Rand, director del Proyecto Legado para los Océanos Pew Bertarelli.

Ayer, en el congreso internacional de áreas marinas protegidas IMPAC4, que se lleva a cabo en Coquimbo, Rand moderó una de las múltiples sesiones donde se abordó la importancia de proteger los océanos como reservas climáticas. El experto cita un estudio publicado en junio pasado en la revista PNAS, de la Academia Americana de Ciencias, por Callum Roberts y Beth O’Leary, de la U. de York, y Juan Carlos Castilla, de la U. Católica.

Este demuestra que las reservas marinas promueven el secuestro y almacenamiento a largo plazo de los gases de efecto invernadero; protegen las costas frente al alza en el nivel del mar, las tormentas intensas y otros eventos climáticos extremos; ayudan a contrarrestar la menor productividad de los océanos causada por efecto del cambio climático y pueden ayudar a combatir la acidificación de los océanos.

En la sesión de apertura, el experto en cambio global de la U. de Edimburgo, Alexander Tudhope, corroboró otro de los hallazgos: «Las áreas protegidas son una especie de pasadizo que proporciona oportunidades para que las especies puedan migrar hacia áreas donde las temperaturas son más adecuadas, mientras tratan de adaptarse a la inestabilidad climática y a la presión humana». El científico subrayó que «tenemos mucha evidencia que demuestra la urgencia de actuar en la protección de los océanos: estamos viendo más acidificación y menos oxígeno en los océanos».

«En pocas décadas hemos registrado declives de hasta 90% en la población de grandes peces y más de 90% en especies más pequeñas», agregó Sylvia Earle, la reconocida oceanógrafa de Mission Blue, iniciativa que busca crear una red mundial de áreas marinas protegidas.

La experta concluyó con un llamado a «reaccionar a escala global y en forma colectiva para hacer que las metas que nos hemos trazado no queden en el papel, sino que sean una tendencia promisoria».

Fuente: El Mercurio