Armadores alertan por efectos que tendrá en la región la ampliación del Canal de Panamá

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El próximo domingo, a las 16 horas -horario local-, se inaugurará de manera oficial la ampliación del Canal de Panamá, una obra que contempló una inversión de US$ 5.000 millones y que tendrá consecuencias para el comercio exterior del país -tercer usuario del paso- y particularmente para Valparaíso, aunque en el sector marítimo-portuario están seguros que no serán como las de la apertura de la obra -en 1914- que significó una debacle.

Se estima que este nuevo hito tendrá repercusiones en varios aspectos para la región. Además de representar una oportunidad para estimular las exportaciones, esto representará un ahorro importante en términos logísticos dado que el viaje para los barcos postpanamax que provengan de Europa o de la costa este de Estados Unidos se acortará en aproximadamente 10 días.

Un desafío

Pero también la ampliación de este enclave implicará un desafío para el país y específicamente para la zona que concentra la mayor parte del intercambio comercial con el resto del mundo, en términos de infraestructura.

«Los puertos chilenos desde hace un tiempo reciben buques postpanamax, pero los que llegan lo hacen directamente desde China o el oriente, por lo que no tienen que hacer ningún cruce. Lo que va a pasar es que va a aumentar la frecuencia de arribo de estas naves, ya que la ampliación va a permitir que lleguen naves de grandes dimensiones, por ejemplo desde Europa o el Golfo de México», comentó el gerente general de la Asociación Nacional de Armadores (ANA), Ricardo Tejada, uno de los invitados por el gobierno de Panamá a la ceremonia inaugural. A juicio del ejecutivo, esto representa un reto especialmente para la región que debe estar preparada para atender de manera eficiente a estas naves.

«Este nuevo escenario nos exige estar atentos porque si bien la infraestructura portuaria chilena en estos momentos puede satisfacer la demanda, en la medida que las llegadas sean más recurrentes nuestros puertos se van a quedar chicos», manifestó Tejada, quien reconoce que se ha hecho una fuerte inversión al respecto, por ejemplo, con las nuevas grúas que han llegado a los terminales de la región.

Infraestructura PGE

«El problema va a producirse cuando comiencen a llegar buques postpanamax de manera más continua. Hoy en Valparaíso sólo se puede atender una nave de esta envergadura y con la ampliación de 120 metros de TPS se van a poder recibir dos y lo mismo en San Antonio. Pero cuando empiecen a ser más recurrentes se requerirán más frentes de atraque, más grúas y más áreas de respaldo», enfatizó el ejecutivo.

En esa línea, subrayó la preocupación que existe, por ejemplo, en el caso de la ampliación del T2 que se encuentra en pleno proceso de tramitación ambiental y en medio de un debate.

«Si bien en este momento las inversiones que están consideradas nos permitirían satisfacer la demanda hasta unos diez años más, hay que ver lo que va a pasar con el Terminal Dos y eso pone en riesgo esa capacidad».

Otro de los temas que reflota en el sector con la ampliación del Canal es la definición del Puerto de Gran Escala (PGE) pues aunque por un tema de demanda no es indispensable a corto plazo, sí representa una necesidad cuando el ciclo económico tienda al alza y se recuperen los niveles de crecimiento.

«Siempre he dicho que si bien se está construyendo infraestructura, hay que considerar los plazos. El día que se tome la decisión de construir un PGE se va demorar entre ocho a diez años en materializarse. Entonces, hay que pensar en qué situación vamos a estar en ese momento. Ojalá que volvamos a tener índices de crecimiento como los que teníamos el 2007 y 2008 y, de ser así, vamos a necesitar esa infraestructura muy pronto», concluyó el ejecutivo.

GNL: Uno de los grandes beneficiados 

Uno de las industrias que puede aprovechar en mayor medida la ampliación del Canal es la del Gas Natural Licuado (GNL), ya que las naves que transportan shale gas a Chile desde la costa este de Estados Unidos podrán ahora ahorrarse hasta 10 días de viaje, pues ya no estarán obligadas a navegar por el Cabo de Hornos. Además, las nuevas esclusas permitirán el tránsito de buques graneleros con capacidades de entre 180 mil y 185 mil toneladas de peso muerto. En cuanto a las tarifas, la principal modificación es que se cobrará por la cantidad de carga y no por el tonelaje de la nave.

Fuente: El Mercurio de Valparaíso