Atacama: agricultores se recuperan y logran primera exportación de uvas tras aluvión

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Pese al daño que dejó el barro, el agro de Copiapó enviará hoy su primer cargamento a EE.UU. Si bien la recuperación no es completa, el aporte de privados y la reparación del riego ha sido clave.

A toda máquina han trabajado desde este martes los estibadores del puerto de Caldera para terminar de cargar el Pacific Mermaid, buque frutero que hoy a las 18.00 horas zarpa con 500 mil palets de uva de mesa fresca rumbo a Wilmington, Filadelfia, en la costa este de Estados Unidos.

Se trata de la primera exportación de la fruta tras los aluviones del 25 de marzo. Un logró para los agricultores del valle de Copiapó, que han conseguido sacar su producción pese a los escollos naturales de este año.

El packing  de la  Frutícola Atacama es uno de los lugares donde se trabaja intensamente en estos días. Es también una de empresas más afectada por la bajada del río Copiapó en la comuna de Tierra Amarilla, donde infraestructura operativa, riego, bodegas  y campamentos para los temporeros fueron borradas del mapa y desde entonces se ha ido reconstruyendo.

El día del aluvión, el agua y el barro aplastaron en segundos la inversión de 40 hectáreas plantadas. Sin embargo, el lodo y el clima trajeron otras consecuencias. “Producto del aluvión, se han adelantado las cosechas y llevamos bastante más que el año pasado. Muchas plantas perdieron sus hojas con el fenómeno,  y eso, sumado al invierno más templado que tuvimos, hizo que brotaran más temprano. Aun así creemos que habrá cierta merma en la producción cuando termine la cosecha”, cuenta Horacio Parra, de la Frutícola Atacama. “Afortunadamente no estamos contratando menos gente que el año pasado, todo lo contrario,  porque igual son muchas las cajas que estamos sacando en este minuto”, agrega Parra.

En su predio, sin embargo, recién comenzarán las obras para recuperar un pozo y limpiar otro obstruido, financiadas en parte por la  Comisión Nacional de Riego. “Las comunidades de aguas, poco a poco, se han recuperado. Estimamos que hoy el 70% se encuentra operando con relativa normalidad”, explica  Cristian González, presidente de la Junta de Vigilancia del Río Copiapó.

Sin embargo, el nivel de daño de cada agricultor depende de la ubicación geográfica del predio, su  tamaño y capacidad financiera para recuperarse. “Son casi $ 10 mil millones, entre la Comisión de Riego e Indap, invertidos en Atacama para que los agricultores, grandes y pequeños, puedan recuperar su capacidad de riego tras el aluvión. Eso era prioridad”, dice el ministro de Agricultura, Carlos Furche.

Una nueva temporada

“Yo tuve suerte, otros colegas perdieron mucho más. No estamos 100% recuperados, pero al menos estamos funcionando. Quedan muchas cosas por hacer, y en eso estamos, reponiendo riego, ampliando la conducción del agua, metiendo maquinaria. Desde el  principio lo hicimos los privados y recién ahora apareció el MOP”, señala Mario Holvoet, de la Agrícola El Fuerte, gravemente afectada por la bajada de la quebrada Los Loros aquel 25 de marzo y que los mantuvo tres días aislados junto a sus trabajadores.

De las siete hectáreas plantadas que perdió bajo el barro,  logró salvar, con mucho esfuerzo, cinco. Pasarán dos años antes que Hovoet y sus colegas puedan hacer productivas de nuevo los terrenos perdidos. “Tras el aluvión, todos los costos crecieron, tuvimos que regar en forma más intensa  y aplicar preparados para desalinizar los terrenos. Como es una zona de poca lluvia, el barro que dejó el aluvión agregó un exceso de sales a los cultivos a los cuales no estábamos acostumbrados. Todo eso hay que financiarlo de nuestro bolsillo”, puntualiza Holvoet.

Para Lina Arrieta, presidenta de la Asociación de Productores y Exportadores Agrícolas del Valle de Copiapó (Apeco), es seguro que habrá una merma en las cajas exportadas de esta cosecha iniciada en noviembre y que termina en marzo. Pero, asegura, aún no es posible cuantificar. “Los más optimistas hablan de un 8% de pérdida sobre las 11 millones 452 mil cajas de la temporada anterior. Se están haciendo todos los esfuerzos para tener las menores pérdidas posibles, pero ha sido difícil”, sostiene la dirigente.

La sequía, sin embargo, agrega un nuevo desafío para esta golpeada provincia, que ya perdió 610 hectáreas por esa razón. Esto se suma a las 400 dañadas por los aluviones y otras 1500 que quedaron vulnerables, y donde la disponibilidad de agua sigue siendo un punto crítico. “Increíblemente el embalse Lautaro que nos abastece, infiltra más de lo que acumula. De los 60 millones de metros cúbicos que entraron por las lluvias, sólo retuvo cinco. Mejorarlo es urgente para darle sustentabilidad al agro”, sostiene Arrieta.

Fuente: La Tercera