Economía se frena más en el segundo trimestre y confirma débiles augurios para el año

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La formación bruta de capital fijo acentuó su deterioro al caer 3% en el referido período. Exportaciones también descendieron pese a alza del dólar.

Un saldo en contra arrojó el comportamiento de la economía chilena durante el segundo trimestre del año. Las cifras publicadas ayer por el Banco Central no sólo reflejaron un menor ritmo de actividad sino que también -quizás aún o igualmente relevante- un deterioro adicional en el terreno de la inversión, un traspié coherente con el pesimismo que parece haberse instalado en el sector empresarial del país.

Tras partir el año con una expansión de 2,5%, que sugería un repunte respecto a lo sucedido en 2014, el Producto Interno Bruto (PIB) apenas creció 1,9% en el lapso abril-junio frente a igual período del año anterior, acumulando una variación de 2,2% en el semestre.

Desde la perspectiva sectorial, el resultado se dio en un contexto de acotados incrementos en la mayoría de las ramas de la actividad productiva -de hecho, sólo la construcción repuntó respecto al primer trimestre-, mientras se observaron caídas en pesca y restaurantes y hoteles. La excepción la representó el ámbito de las comunicaciones, que destacó por su dinamismo.

En este cuadro de desaceleración, la demanda interna sólo aumentó 2% en doce meses, como consecuencia de un avance de apenas 1,6% en el caso del consumo de los hogares, en circunstancias que la formación bruta de capital fijo (FBCF) se contrajo 3% -más que el 1,9% del primer trimestre- a raíz de una menor inversión en maquinarias y equipos (-15,9%).

Tampoco el sector externo ayudó. Las exportaciones e importaciones de bienes y servicios cayeron 4,9% y 5,1%, respectivamente, arrastradas principalmente por el componente de bienes y, en menor medida, de servicios.

Luego de anotar un aumento de 4,2% en el primer trimestre, el ingreso nacional bruto disponible real subió 3,9% en abril-junio. El ahorro bruto total ascendió a 20,7% del PIB en términos nominales.

El pasado trimestre, además, la cuenta corriente cerró con un superávit de US$ 761 millones, equivalente a 1,2% del PIB.

Saldo 2015: menor PIB y tasas congeladas

Las cuentas nacionales reafirmaron el escenario de débil crecimiento anticipado por los economistas para este año, apostando por un PIB más cercano a 2% que a 2,5%.

En Bice Inversiones destacaron que la recuperación «aún es frágil» y no está exenta de riesgos a la baja, especialmente por dos motivos: la desaceleración del gasto del gobierno y los bajos niveles de confianza en los hogares y empresas, «que mantendrían presionado el desempeño del consumo e inversión en los próximos meses».

En esa línea, Banchile ratificó su pronóstico de una expansión del PIB 2% para este año, Scotiabank hizo lo mismo con su proyección de 2,4% con sesgo a la baja, mientras que Santander anticipó una revisión de su escenario base (actualmente ve PIB 2,2% para 2015), el que dará a conocer el próximo martes.

Dado lo anterior, los analistas anticiparon que el Banco Central recortará su proyección de crecimiento para este ejercicio en el Informe de Política Monetaria (IPoM) de septiembre a un rango entre 2% y 2,5% -ahora está en 2,25%/3,25%-, aunque algunas instituciones, como Banchile, no descartaron que llegue incluso a 1,75%-2,5%.

BBVA, a su vez, cree que el ente emisor establecerá un PIB potencial de 3,5%.

Para 2016, la visión de los expertos tampoco es positiva. En Scotiabank plantean que que las dudas se «dispararon» a raíz de los últimos acontecimientos y «obligarán a revisiones adicionales».

En consecuencia, en términos de política monetaria no se prevé mayores cambios. BCI Estudios mantiene su visión de una tasa en 3% hasta mediados de 2016.

Antofagasta versus Atacama

Durante 2014, Antofagasta, Los Lagos y Los Ríos destacaron en términos de dinamismo. En el primer caso, se explicó por la mayor construcción de obras de ingeniería civil, asociadas a la minería; mientras que los dos restantes se potenciaron por la industria alimenticia. Adicionalmente, en Los Ríos contribuyó la celulosa y edificación.

En el otro extremo, el PIB de las regiones de Atacama, el Maule y Magallanes se contrajo debido a la caída de la actividad construcción. Adicionalmente, en el extremo sur influyó la menor refinación de combustibles, que en parte fue compensado por la mayor extracción de carbón.

A nivel global, la generación eléctrica contribuyó a lo largo del país, en tanto la actividad comercial se desaceleró en la mayoría de las regiones, con excepción de Antofagasta.

Fuente: Diario Financiero