Estudio revela que deportes en el borde costero no dañarían la fauna del litoral

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Con mediciones ambientales, acústicas y de granulometría llegaron a la conclusión de que los vehículos de doble tracción no contaminan en la costa de la comuna de Santo Domingo.

El 21 de abril del 2012 la Agrupación de Deportistas Náuticos y Pescadores Deportivos de la zona solicitó a través de una carta abierta a Diario El Líder, que se realizara un estudio de impacto ambiental desde Santo Domingo hasta el sector Punta Toro, al sur de esa comuna.

La petición de este grupo de sanantoninos fue escuchada por la Sociedad Científica de Chile, con una investigación que se materializó el primer semestre de aquel año. Los resultados, en primera instancia, demostraban que la intervención no dañaría la flora y fauna del lugar, sin embargo, ese era sólo el inicio del proyecto que dura hasta el 2018.

«En el 2012 se trajeron especialistas del área ambiental y llegaron a conclusiones favorables para los deportistas», señala el presidente de la sociedad científica, Víctor Sanza.

Luego de tres años de una acuciosa investigación, la Sociedad Científica de Chile concluyó que el ingreso vehicular de los deportistas (apropiados para estos efectos) al borde costero, específicamente en Punta Toro -sector sur de Santo Domingo-, «no presenta una amenaza al medio ambiente».

Durante este tiempo el grupo científico evaluó la situación ambiental que pudiera producir la incursión de vehículos de doble tracción para el desplazamiento en la arena, a través de mediciones ambientales, acústicas y de granulometría (estudio de la composición de las arenas).

«Con esta investigación se disipó el temor de los ambientalistas de la zona, que era que los vehículos espantaran a las aves del estero El Yali».

Estudio

Los investigadores observaron la zona durante el periodo 2013-2015 y concluyeron que la avifauna y la población ornitológica no sufrió alteraciones, ni una posible perturbación generada por el hombre. «No se produce contaminación acústica ni ambiental», aclaró Sanza.

Las mediciones de ruido realizadas fueron tomadas desde la ribera oeste del humedal El Yali hasta la orilla de playa (250 metros) donde se hizo circular reiteradamente a dos vehículos del tipo 4×4 para medir la alteración acústica que se pudiera producir con respecto al ruido ambiente del sector.

Este experimento arrojó una diferencia mínima que no alcanzó a un decibel, lo que es calificado como imperceptible para la tranquilidad y conservación de los animales del sector.

Los estudios sobre la arena indicaron que es altamente resistente, razón por la cual no se vería afectada con los desplazamientos vehiculares. Además en informe destaca que el ingreso de los deportista no es a libre albedrío, pues deben someterse a un responsable empadronamiento en la Capitanía de Puerto, para cuidar el medio ambiente, especialmente a los animales que anidan ahí.

Desde el Museo

El director del Museo de San Antonio, José Luis Brito, observó el informe de la sociedad científica y criticó que «en la investigación no hay un biólogo en fauna que hable sobre las aves y su comportamiento tras la serie de ejercicios del estudio».

Brito, principal opositor del ingreso de vehículos al borde costero, señaló tajantemente que «estoy en contra del uso de tricimotos o cuatrimotos, y no sólo de las motos, porque al dunear afectan a las aves que anidan en el sector».

Respecto al análisis de la arena aclaró que «todos sabemos que a la arena no le pasará nada, pero los invertebrados que viven ahí con el peso de los vehículos pueden morir, por lo tanto se acabaría la comida de las aves. Tienen que especificar cuántos vehículos pueden transitar por el borde costero».

El director del museo finalizó diciendo que «apoyamos la idea, pero no se puede abusar del sector».

Fuente: Líder San Antonio