Osvaldo Urrutia: «TPS ha sido un concesionario conflictivo y ha actuado como un matón de barrio»

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Osvaldo Urrutia, exmiembro del directorio de EPV
Osvaldo Urrutia, exmiembro del directorio de EPV

«En mi experiencia como director del Puerto puedo decir que TPS ha sido un concesionario poco amigable, que ha puesto unas serie de trabas para el desarrollo portuario», advierte el diputado UDI y exmiembro del directorio de EPV, Osvaldo Urrutia. El legislador critica con dureza los dichos de Francesco Schiaffino, gerente general de Terminal Pacífico Sur (TPS), quien dijo que realizar el aforo en la ZEAL es más caro, y cuestiona que el senador Francisco Chahuán haya apoyado esta postura, calificando toda esta polémica como un conflicto artificial.

– ¿Por qué artificial?

-Porque nunca las labores de aforo o la inspección física de la carga en el puerto de Valparaíso han sido realizadas antes por trabajadores portuarios, ya sean eventuales o permanentes. Esa tarea siempre fue realizada por trabajadores que reciben el nombre de aforistas y que hasta antes de que entrara en servicio la ZEAL, el 2008, se hacía en puerto Barón. Siempre fue una labor extraportuaria que la hacía otro tipo de trabajadores. Y de hecho, cuando se crea la ZEAL a quienes trabajaban en puerto Barón se les ayudó para que formaran pequeñas empresas de aforistas y prestaran este servicio en la ZEAL. Entonces, es falso que exista pérdida de actividad laboral y pérdida de turnos de trabajadores eventuales. Decir eso es faltar a la verdad.

¿Y a qué atribuye entonces las críticas de TPS?

– TPS, o el grupo Von Appen, están solo preocupados de sus intereses económicos, poniendo por encima del diseño el sistema portuario elaborado por el Estado, en que los puertos deben competir porque mientras más baja la tarifa, más beneficiados quedan los exportadores e importadores y eso se traspasa al final al consumidor y al hecho de que nuestras exportaciones puedan competir con una mejor tarifa al llegar al mercado externo. Eso es lo que TPS no entiende.

– ¿Qué es lo que no entiende?

– Que la estrategia de desarrollo portuario de Chile establece la competencia por tarifas. Aquí gana la concesión para operar un terminal portuario el que tenga el polinomio más bajo de tarifas. Cuando se licitó el filete, el terminal 1, se lo adjudicó TPS, que es el que tiene las tarifas más altas. Entonces, al principio TPS estuvo sola y tampoco tuvo que hacer grandes inversiones como sí tendrán que hacerse en el T2 de Valparaíso, pero como ahora llega más competencia, que es parte del modelo portuario, deberán bajar sus tarifas o perder mercado como ocurre en cualquier otra empresa. Todos sabemos que Puerto Central se adjudicó la concesión con un polinomio tarifario 30% más bajo que lo que hoy existe en el mercado por servicio de nave y en TPS saben que eso va a ser así y es probable que muchas empresas navieras empiecen a llevar su carga a ese terminal. Y Von Appen está viendo que va a perder competencia y mercado. Y por eso quiere meterse en este otro negocio del aforo, pero a mi juicio el verdadero negocio no es tanto el aforo de las cargas limpias, sino que debiera empezar a operar como almacenador. Y como va a tener espacio ocioso, porque va a tener menos carga, va a empezar a cobrar por el almacenaje.

– El argumento de TPS es que hacer el aforo en la ZEAL es más caro.

-Ese es un argumento para convencer que el aforo se haga en el puerto, porque ellos podrían subsidiar tarifas del aforo y concentrar esfuerzos en el almacenaje. Eso es más rentable. TPS también postuló a la licitación de la ZEAL y perdió, y por lo tanto conoce las reglas del juego perfectamente; intentó hacer fracasar la licitación del T2 porque quería el modelo de un solo terminal en Valparaíso y perdió y ahora busca a través de este tema. Ha sido majadero y le sigue buscando la quinta pata al gato. Yo como hombre de derecha y de derecho, defiendo el modelo de economía social de mercado y cuando existe un monopolio en una infraestructura del Estado, como son las aguas abrigadas y los terminales portuarios, me parece bien que el Estado trate de imponer la libre competencia. Entonces, crea un clima artificial y echa a pelear a sus sindicatos para tratar de paralizar o hacer ruido al interior del Puerto. Y eso es inaceptable. Además, no es la primera vez que lo hace. Yo defiendo al sistema, no a una empresa.

– ¿Qué otras situaciones?

– Durante los años de concesión creo que llevamos siete recursos de TPS contra el Puerto y todos los ha perdido. Por ejemplo, hace poco presentaron un recurso porque decían que el Acceso Sur, obra que construyó el Estado para sacar los 500 mil camiones de Valparaíso, era un camino exclusivo para su terminal y el juicio lo perdieron con costas. Pero lo que ellos querían era bloquear el segundo terminal que le genera competencia y que, además, está operando súper bien y está levantando más carga que toda la que levantó el Puerto de Valparaíso y eso le hace bien a Valparaíso, porque al final implica que la tarifa va a seguir bajando. Otro recurso fue cuando se licitó el terminal dos (T2) y obligaron a ir al Tribunal de la Libre Competencia porque sostenían que ya había suficiente competencia y no era necesario un segundo operador en Valparaíso.

– Como exmiembro del directorio de EPV, ¿cómo evalúa a TPS?

– Con esta actitud, TPS se ha transformado en un concesionario poco grato, conflictivo, un matón de barrio que no ha dejado que el puerto funcione fluidamente. No nos olvidemos que a raíz de las presiones que han hecho la licitación del T2 estuvo a punto de fracasar porque puso una serie de demandas y hasta contrató a un grupo de arquitectos pagados por ellos para que presentaran un proyecto que solo le convenía a TPS ya que implicaba quedarse con el monopolio del Puerto.

– ¿Esto tiene algún efecto concreto en la actividad portuaria?

– Que está afectando el modelo de desarrollo de Puerto de Valparaíso, que por características geográficas tiene poca área de respaldo y eso ha obligado a que el Estado realizara obras millonarias. Además, TPS es un simple concesionario y operador del puerto y aquí el que pone las reglas del juego es el Estado porque este es un monopolio regulado por el Estado. Nos guste o no, TPS tiene que cumplir las reglas y no tratar de mejorar su negocio tratando de quedarse con el monopolio. Además, es impresentable que el senador Chahuán le vaya a pedir al ministro que el aforo se siga haciendo en el puerto porque los que se están quedando sin trabajo son los aforistas de la ZEAL. Von Appen y sus socios deben entender que el Estado no puede entregar el monopolio de un puerto a una sola empresa y entender que si no bajan sus tarifas TPS va a perder carga.

Fuente: El Mercurio de Valparaíso