Persiste el riesgo a una guerra comercial

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Junio está a la vuelta de la esquina y el temor a una escalada proteccionista por parte de dos gigantes como Estados Unidos y China sigue vigente. Aunque hubo unos días de distensión del conflicto comercial, finalmente no se extendió demasiado.

Esto luego de que el gobierno de Estados Unidos encendiera nuevamente las alarmas a nivel global, tras informar una investigación de seguridad nacional a las importaciones de autos, el justificativo ad hoc para la implementación de futuros aranceles en el sector, tal y como ocurrió con el acero y aluminio.

Una posibilidad de arancel de 25% para los automóviles importados es lo que desató, en esta oportunidad, el temor entre los inversionistas, aunque benefició momentáneamente a productores estadounidenses. Hace pocos días China había anunciado un movimiento en la dirección contraria para bajar de 25% a 15% el impuesto.

Pero esta medida no perjudica únicamente a China, cuya economía sufriría una pérdida estimada en US$6.719 millones si se llegan a concretar los aranceles. Los más afectados serían Alemania (US$5.900 millones), Japón (US$4.987 millones), México (US$4.319 millones) y Canadá (US$3.781 millones).

Por ello mismo, la canciller alemana decidió entrar en el debate, aunque de una manera algo más diplomática que su par estadounidense: “Entendemos que China todavía está en desarrollo, pero también vemos que en algunas áreas China es el líder tecnológico absoluto. Entonces, en estas áreas, naturalmente queremos acceso recíproco, de lo contrario, esto nos llevará gradualmente a establecer restricciones, tal vez demasiadas limitaciones, y eso no sería bueno”.

Se debe tener en consideración que esta volatilidad generada por las incursiones del mandatario de EEUU son la nueva normalidad, por lo que habrá que acostumbrarse a tener una moneda más volátil, así como también otros instrumentos, al menos mientras persista el riesgo de tener una guerra comercial.

 

Fuente: Pulso