Robos a camiones: tres atracos al día y 80% de los casos son por dato interno

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Según cifras de ALTO, el robo total o parcial de los camiones en ruta respondería a una sistematización del delito, a manos de bandas organizadas en las cuales participa o informa sobre la mercancía y recorrido un trabajador de la empresa.

Para el traslado de mercancía desde puntos de distribución a la sala de venta, se suele poner un sello a las puertas de los camiones, a fin de garantizar que su contenido llegue intacto. Sin embargo, varios de estos vehículos, al ser recibidos en los puntos de descarga, llegaban con parte de la carga o, incluso, totalmente vacíos. Pero con el sello sin muestra de haber sido alterado o retirado durante el trayecto.

Esta es una de las situaciones de perjuicio que enfrentan las compañías, debido a las deficiencias en los controles de los camiones de carga. Así, aunque el mecanismo usado para sellar las compuertas no se violente, bienes de alto valor y fáciles de reducir en el mercado informal, como las ferias libres, desaparecen de los vehículos de traslado gracias a fondos y techos falsos, bisagras adulteradas, entre otros mecanismos utilizados para cometer este tipo de robos.

El asalto a los camiones de carga y el hurto de su mercadería representa un problema para las empresas, que ven disminuidas o totalmente perdidas las unidades a vender. Según cifras de la empresa ALTO, a la fecha se producirían por lo menos tres robos al día, e incluso, estiman, que este número está subrrepresentado. Esto a pesar de que la subsecretaría de Interior señaló a fines de 2016 que se habría producido una baja de un 28% en los ilícitos.

Emilio Moreno, director de nuevos negocios de ALTO, dice que estos robos se traducen en altos costos económicos para las empresas afectadas, ya que comprometería a toda la cadena de valor. Para las compañías de seguros, “cuyas primas no alcanzan a cubrir los robos, y así se va haciendo más caro y más complejo el sistema”. Asegura que, por esto, “evidentemente se transfieren costos a los consumidores”.

Tipología de robos

El OS-9 de Carabineros detalló en 2016 que el 61,2% de estos robos se producían cuando se efectuaba la descarga del camión estacionado. Los asaltantes amenazaban al conductor y al acompañante, para sustraer los bienes.

En 19,1% de los casos, el atraco se producía en ruta, al detener el camión -incluso haciéndose pasar por carabineros o PDI- y retener al conductor, mientras se desvalijaba la carga. Respecto del robo del vehículo completo, éste se producía en el 15,2% de las situaciones.

Moreno detalla que, en base a lo que han observado desde 2014 en la empresa, no necesariamente estos atracos son violentos. Según lo que han detectado con su programa para prevenir robos, ALTO Track, “es en las vulnerabilidades del proceso logístico donde actúan las personas que conocen el proceso para robar los camiones y su cargamento”.

En la compañía han visto que el monitoreo de todo el proceso -desde que se embarca la mercancía, hasta el punto de llegada-, es clave. Esto, porque “más de un 80% de los robos ocurren por un dato interno. Alguien sabe cuál es el contenido del camión, qué camión lleva dinero, quién es el chofer, qué protocolos se están siguiendo, cuáles son las debilidades”, enfatiza Moreno. Este tipo de hurto generalmente ocurre en carga de valor, y eso sucede porque se conoce el recorrido.

Temporadas y especies

Según cifras de la autoridad, el 80% de estos robos se concentraría en las regiones de Valparaíso, Metropolitana y el Biobío. En estas, los puntos más habituales son las zonas portuarias y las carreteras de acceso o salida de los puntos de almacenamiento.

Respecto de los objetos más codiciados para robar, siempre los más buscados son aquellos productos que puedan ser reducidos, vender en otro lado con facilidad y en poco tiempo. Los productos más codiciados son: electrodomésticos, carnes, detergentes, café y cigarrillos.

La gerenta general de ALTO, Paola Escobar, destaca que este tipo de atracos varían en cantidad según la estación. Por lo mismo, se observan curvas de incremento entre septiembre y diciembre, con las fiestas de fin de año. Esta sería la etapa más crítica para las empresas, que deben reforzar sus mecanismos de seguridad ante la búsqueda de objetos para la Navidad o alimentos de alto consumo por Fiestas Patrias.

La misma estacionalidad se ve reflejada en, por ejemplo, temporadas de Cyber Monday o Black Friday. “Ahí se produce un fuerte nivel de robos, así como ahora en marzo el énfasis se pone en todo lo relacionado con lo escolar”, señala Escobar.

Fuente: Pulso