Tras constantes daños por marejadas, plantean revisar vigencia de la Ley Lorca

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Hace 13 años, una nota publicada por este Diario daba cuenta del cuestionamiento que se generó en torno a la Ley N° 13.364, más conocida como Ley Lorca, que es la que entrega la decisión final sobre si se puede construir o no un proyecto en el borde costero de Viña del Mar a los concejos municipales, principalmente motivada por el interés inmobiliario y comercial de utilizar esos espacios. Hoy, con el fenómeno de las marejadas que -según todos los pronósticos- llegó para quedarse, surgen nuevas interrogantes de si esta normativa debe continuar tal como está o si debe modificarse.

La disposición legal se promulgó el 1 de septiembre de 1959, cuando la realidad local era muy diferente. De hecho, en esa época la ley fue creada exclusivamente para Viña del Mar, cuando la ciudad incluía en su administración a Concón, que en 1997 se convirtió en una comuna independiente.

Esta otorga al Concejo Municipal viñamarino, y también de Concón, el poder de decisión respecto de un proyecto de obras en el borde costero de estas comunas, y específicamente exige que dos tercios del Concejo se pongan de acuerdo en aquello. Esto difiere de lo que normalmente ocurre con proyectos en otros sectores, pues ahí sólo es necesario contar con la aprobación de la Dirección de Obras de acuerdo al plan regulador vigente.

Hoy el Colegio de Arquitectos, algunos concejales y expertos cuestionan la vigencia de esta ley, principalmente por los serios destrozos que originan las olas gigantescas que desde el año pasado comenzaron a dañar el mobiliario urbano, los pequeños locales comerciales y hasta los hoteles y restaurantes que están ubicados en pleno borde costero.

Varias páginas de este Diario han dado cuenta del lamento de los locatarios de restaurantes, como el Tierra del Fuego o de la heladería Bravissimo, por la fuerza del mar, y en más de una ocasión han dado a conocer los millonarios gastos en que debieron incurrir para reparar sus instalaciones.

Consultada la alcaldesa Virginia Reginato sobre la necesidad de tomar nuevas medidas, afirmó que «este es un tema que recién se nos está dando. Los temporales han existido toda la vida, pero las marejadas comenzaron ahora. Se está haciendo un trabajo con el Ministerio de Obras Públicas para poder ver cómo poder mermar en parte el impacto de estas marejadas. Pero las medidas también las tienen que tomar los propietarios».

Por estos efectos, el presidente del Colegio de Arquitectos de Valparaíso, Claudio Reyes, dice que es urgente analizar la ley. «Hay que revisar la vigencia y los alcances de esta ley, si recoge el espíritu de conservar los sectores entre el camino y el mar, bienvenida sea, pero si va a dar la posibilidad de que los dos tercios del concejo voten en favor de desarrollar un proyecto equis, no se cumple el objetivo de la ley. Ante el actual escenario de presión inmobiliaria y pensando en las marejadas y eventuales tsunamis u otros eventos que puedan provocar daño o serio riesgo a la condición humana, esta ley debe ser reestudiada», dijo.

Reyes sostiene que lo que debería estudiarse para poder incluir en la normativa es «el componente de la seguridad humana, el reconocimiento de estos territorios como paisajes naturales, como patrimonio de la comuna, y la dependencia de sólo dos tercios de los votos del Concejo… una ley no puede quedar al arbitrio de 10 concejales, ese es el talón de Aquiles de la Ley Lorca. Al final, si se construye o no un proyecto en el borde costero pasa a depender de la composición política del concejo de turno».

El concejal Víctor Andaur (PC) también tiene una mirada crítica. «Hace 2 o 3 años fui a un evento internacional como concejal y una de las discusiones fue sobre los riesgos por el cambio climático en las ciudades costeras, y ahí se hizo un llamado internacional a asumir medidas y rediseñar los bordes. Aquí, en Viña, nos ha faltado tomar medidas, verlo con profesionales expertos para hacer el prediseño que precisa la ciudad. Cada vez que hay marejadas tenemos que estar reinvirtiendo».

En ese sentido, afirma que «yo simplemente ya no daría más permiso en esas áreas, menos para construcciones de vivienda, porque pasan a ser un riesgo, es casi criminal ofertar ahí, todo el mundo quisiera pero hay un alto riesgo para la existencia humana. Es importante una nueva ordenanza que luego podamos introducir en el plan regulador, que comienza a discutirse en enero del próximo año. También es necesaria una nueva Ley Lorca, para que sea un instrumento de protección real en vista de este nuevo escenario al que nos enfrentamos cada tantos meses. Espero que el Congreso discuta esto pronto, tomando en consideración estos cambios climáticos».

Su par Rodrigo Kopaitic (RN) coincide: «Estaría de acuerdo en revisarla, sí, principalmente para buscar unificar criterios y los contenidos de diversas legislaciones aplicables a ese sector, pero siempre manteniendo la premisa de que no sea el mercado o la oferta y la demanda la que regule qué construir en el borde costero, sino el sentido turístico».

Sin embargo, la concejala Macarena Urenda fue más cauta (UDI): «Sería partidaria de reestudiar la ley, siempre y cuando contáramos con la información suficiente, porque en este país a veces nos ponemos un poco locos y pasa algo y creemos que cambiando la ley podemos cambiar las cosas».

Andrés Celis, también de RN, criticó las obras que se realizan hoy para reparar el borde costero, porque «soy partidario de hacer obras a largo plazo; invertir $ 100 millones para que en tres a cuatro meses más tengamos que invertir esa misma cantidad de dinero, no me parece una política acertada, y deberíamos exigir como Concejo Municipal a los técnicos municipales que nos presenten alternativas de más largo plazo. Cualquier proyecto que se nos entregue para revisar en el borde costero ahora las exigencias deben ser más altas. Lamentablemente, no se ha discutido aún el tema, pero espero que se pueda analizar cuando tengamos que sesionar nuevamente».

Para Marcelo Rojas, jefe de carrera de la Escuela de Arquitectura y diseño de la Universidad Viña del Mar (UVM), la solución al problema no radica «solamente en actualizar una ley que protege el borde costero de edificaciones de altura que tapan las vista, más bien hay que preocuparnos de qué tipo de borde costero pensamos para nuestras ciudades; esto es esencial, ya que permite visualizar los posibles problemas que debiéramos enfrentar en distintos escenarios de riesgo natural, eso sí, teniendo claro qué ciudad estamos construyendo para el futuro. Viña del Mar es de borde costero, por ello los espacios públicos más importantes se encuentran en estos lugares y es de suma importancia generar soluciones de largo plazo y no respuestas de parche que respondan sólo a los destrozos causados por las marejadas, entender cuán importante es el turismo y las personas que viven ahí. Los responsables locales como de gobierno deben entender que las ciudades deben ser planificadas y proyectadas en conjunto con los habitantes que al final son los más interesados».

«Ante el actual escenario de presión inmobiliaria y pensando en las marejadas y eventuales tsunamis u otros eventos que puedan provocar daño o serio riesgo a la condición humana, esta ley debe ser reestudiada», Claudio Reyes, Presidente del Colegio de Arquitectos de Valparaíso»

CCHC: HAY QUE ESTUDIAR MAREJADAS

Para la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) de Valparaíso, pensar en una nueva ley para el borde costero requiere más tiempo y análisis. Ya en el año 2003, el entonces presidente de la CChC, Claudio Nitsche, creía «conveniente adecuar la Ley Lorca al siglo XXI», enfocado, eso sí, en la idea de flexibilizarla, pues la discusión en aquella época radicaba en el interés de construir en el borde costero.

Hoy, el actual presidente del gremio, Marcelo Pardo, sostiene que «antes que pensar en actualizar leyes o hacer nuevas legislaciones, se debe estudiar bien el fenómeno de las marejadas y con más antecedentes. Los oceanógrafos estudian series de 100 años y más para desarrollar estadísticas adecuadas sobre estos fenómenos. No es posible, aun cuando son anormales, legislar con tan poca información. Hay que realizar estudios oceanográficos completos antes de pensar en legislar sobre este tema».

 

1959 fue promulgadala Ley N° 13.364, más conocida como Ley Lorca, que es la que establece el procedimiento para decidir sobre si se puede construir o no un proyecto en el borde costero.

Fuente: El Mercurio de Valparaíso