Vapores apuesta a mantener y reforzar negocio de transporte de automóviles

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Francisco Pérez Mackenna debe viajar al menos seis veces al año a Hamburgo, Alemania, para cumplir con sus obligaciones como integrante del directorio de supervisores de la naviera alemana Hapag-Lloyd (HL). Esta compañía -la sexta más grande de su rubro según la consultora Alphaliner- tiene como principal accionista a la chilena Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV), firma ligada al grupo Luksic que posee el 31,4% de la germana.

Pérez Mackenna es presidente de CSAV, que pese a haber traspasado recientemente su operación en transporte de graneles líquidos a su socio Odfjell Tankers, seguirá operando como naviera y no solo como inversionista de HL. El ejecutivo -quien también es gerente general de Quiñenco- aseguró que Vapores potenciará su actividad de car carrier o transporte de vehículos por vía marítima.

La ruta más relevante para la naviera chilena en este negocio es Europa-Costa Oeste de Sudamérica, que representa el 75% del negocio para CSAV. En Chile, en tanto, posee 22% de participación de mercado en car carrier .

El presidente de Vapores conversó con «El Mercurio» el miércoles pasado en el marco del bautizo del buque «Valparaíso Express», portacontenedores de HL, en una actividad realizada en puerto de Valparaíso. En la ocasión, Pérez Mackenna abordó la relación que mantienen con la naviera alemana y también analizó la situación del comercio mundial y el sector naviero, señalando su optimismo por el futuro de estos.

-¿Cual es el balance de la fusión con Hapag-Lloyd, cuyo proceso concluyó hace dos años?

«Es muy positivo. Estamos muy contentos porque la industria se ha movido en el sentido que previmos en cuanto a su consolidación. Hapag-Lloyd es un socio estupendo para Vapores, una compañía con la misma cultura. Fusionar el negocio de contenedores con Hapag-Lloyd fue un gran acierto y ahora estamos empujando para aumentar la profundidad del proyecto».

-¿El impacto de la fusión en los resultados de Vapores está consolidado?

«Se ha mejorado indudablemente. Hay que recordar las pérdidas históricas que tuvo Vapores cuando estábamos solos. Queda camino por recorrer, la economía mundial no ha demostrado demasiado dinamismo y el comercio se ha resentido. Pero había mucho exceso de capacidad naviera que se está corrigiendo. La oferta se ha ido ajustando».

-¿Vapores quiere mantenerse como accionista de Hapag-Lloyd?

«Estamos comprometidos a seguir aportando al negocio naviero a través de Hapag-Lloyd. La idea es mantenernos, tenemos un pacto, un compromiso a largo plazo. Como consecuencia de la fusión con la naviera United Arab Shipping Company (UASC) nos vamos a diluir desde el 31% que tenemos en la compañía alemana al 22,5%, pero el plan es que después de la fusión participaremos de un aumento de capital que nos dejará con el 25% de la firma fusionada».

«El aumento de capital al que llamará Hapag-Lloyd es de unos US$ 400 millones, y de eso tomaremos lo suficiente para tener el 25%».

-¿Cuál es el estado de avance actual de la fusión entre HL con la árabe UASC?

«Se está esperando las autorizaciones regulatorias y avanzando en la preparación para la fusión. Una naviera como esta toca muchos puertos y cada uno tiene sus propias normas, pero esperamos conseguir los permisos pronto. Puede ser este mes o muy temprano en el próximo año».

-Para Vapores, su participación en HL es su mayor activo, ¿qué más le queda por desarrollar?

«Es por lejos nuestra principal inversión y pronto será la cuarta mayor naviera mundial. Por otra parte, hemos venido consolidando y creciendo en el negocio de car carriers o transporte de automóviles. Tenemos una participación interesante en esta parte del mundo en esa área, que estamos potenciando y vamos a mantener».

-¿Existe alguna opción de que CSAV termine sus actividades operativas y siga solo como inversionista de Hapag-Lloyd?

«No. El plan es continuar con nuestra actividad operativa de car carrier . Este año ha andado bien, pero esto depende de lo que pase con la industria de autos en el cono sur. Estaremos operando entre cinco y seis barcos en este rubro. Son arrendados, leasing «.

-¿Cómo ve la industria naviera en materia de flujos comerciales y tarifas?

«El mundo no tiene los tremendos crecimientos que mostraba a principios del 2000, pero está avanzando saludablemente, por lo que creo que el sector andará bien».

«Por el lado de la oferta, que fue el problema fundamental de esta industria, esta ha sido más conservadora. Veo auspicioso el futuro para la industria».

«Además, el costo en fletes es nada comparado con la mercadería que se transporta. Es muy pequeño, incluso, en relación al transporte terrestre».

-¿Qué le parece el reciente anuncio de Maersk, la mayor naviera del mundo, que adquirirá a Hamburg Süd?

«Eso va a continuar, podemos ver más de eso. Es bueno para la industria. Lo peor que puede ocurrir es que haya mucha descoordinación en la oferta. Las fusiones generan reducciones en los costos y eso también beneficia a los clientes, porque cuando se unen dos navieras sobran barcos y eso implica liberar espacio para atender mejor a los usuarios».

-¿Cree que aparezcan políticas proteccionistas que impacten a Chile? ¿Ve al país expuesto a lo que pueda hacer Estados Unidos?

«Yo soy optimista en eso. El comercio mundial se desarrolló e integró y eso está para quedarse. Esto no cambiará por un par de ideas que llaman a mayor proteccionismo».

»No hay ninguna probabilidad de que se repita, como algunos temen, lo que ocurrió a principios del siglo veinte, con la crisis de los años 30, cuando el mundo estuvo inmerso en una guerra proteccionista». 

»El costo en fletes es nada comparado con la mercadería que se transporta. A veces, traer un contenedor desde China a Valparaíso o San Antonio cuesta menos que llevarlo desde la Quinta Región a Santiago o Temuco». 

»Hemos venido consolidando y creciendo en el negocio de car carriers o transporte de automóviles. Tenemos una participación interesante en esta parte del mundo en esa área, que estamos potenciando y vamos a mantener». 

FRANCISCO PÉREZ MACKENNA Presidente de CSAV

Fuente: El Mercurio