En el ámbito regional, las perspectivas de crecimiento para 2016 siempre fueron débiles, pero una serie de cambios políticos ocurridos en el periodo pintaban el panorama con un creciente entusiasmo.
La salida de Dilma Rousseff del Palacio de Planalto hacía pensar que la llegada de Michel Temer vendría cargada de desarrollo. Así como en Argentina, cuando Mauricio Macri fue elegido en diciembre de 2015, el país trasandino estaba sumido en una profunda recesión, doce años de administración kirchnerista pasaban la cuenta, había mucho que hacer. Pero la nueva administración se vanaglorió con un despegue económico que hasta el día de hoy no ve la luz.
Aún así no todo fue negativo, en Brasil el Congreso dio luz verde al ajuste fiscal más severo de su historia reciente, la mayor economía de Latinoamérica se ajustó el cinturón y decidió congelar el gasto público por 20 años. Mientras tanto Cambiemos también logró mucho, después de 14 años en default, pagó los a holdouts, y el juez Thomas Griesa, levantó las medidas cautelares sobre Argentina, así fue como Moody’s, Fitch y S&P, elevaron su calificación. Pero ¿hacia dónde van estas economías en 2017?
Poca profundidad
“Para la región, en general tenemos la esperanza de una recuperación en este año principalmente por Brasil y Argentina”, señaló el analista soberano de S&P, Joydeep Mukherji, opinión en línea con la de Samar Maziad de Moody’s, quien aseguró que “los ajustes aplicados por algunos países en Latinoamérica, sobre las distorsiones económicas tienen que seguir este año y traer resultados”.
Fitch por su parte, en su informe de perspectivas para 2017, habla de una “débil recuperación en medio de precios subyacentes de las materias primas”.
Según el FMI este año la región tendrá un PIB cercano al 1,5%, y frente a las perspectivas generales, todos los países alcanzarán cifras positivas, a excepción de Ecuador y Venezuela.
“Debido a los problemas internos, las cifras no son muy confiables en Venezuela, entonces el mensaje es que la economía va a decrecer una vez más”, dijo Mukherji.
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca también traerá un escenario cargado de incertidumbre para América Latina, pero es ahí donde las tres agencias coinciden en que la cercanía geográfica y comercial con la mayor economía mundial será determinante.
“El nexo directo será en México, como ya lo hemos visto hasta ahora”, comentó Maziad, mientras que Fitch destacó que “debido a estrechos vínculos económicos con su vecino, introdujo riesgos a la baja para sus perspectivas de inversión y crecimiento.”
Otro aspecto importante será un repunte en el precio de las materias primas.
“No será una recuperación hacia los altos niveles de hace dos o tres años, pero va a ser un poco mejor en comparación con 2016 en términos de precios, en especial para el petróleo” señaló Mukherji.
Con respecto a la política monetaria, los espacios serán limitados, “a pesar de una inflación moderada en la mayoría de los países, es probable que la política mantenga su postura vigilante para responder a los choques externos”, destacó el informe de Fitch.
El salvavidas
Si hay un país que destacará en 2017 será Perú, la estrella andina es la única con una proyección de crecimiento superior al 4% en la región. La llegada de Pedro Pablo Kuczynski consolidó un modelo cuyo mayor desafío será la inversión en infraestructura.
Cabe recalcar que entre los principales riesgos que amenazan este año se encuentran un mayor proteccionismo comercial y una inmigración más estricta.
Además según las agencias, los próximos 12 meses no serán de consolidación fiscal, y es que “gracias al lento crecimiento, la caída de los ingresos y el consumo, es de esperar que la carga pública siga aumentando”, argumentó Maziad.
No hay que olvidar que otro de los combates de la región, será la fragmentada clase política que podría poner freno a una serie de reformas esenciales para el tan ansiado repunte, que también podrían impactar en sus monedas.
Finalmente si China acelera su economía, pese a las turbulencias estadounidenses las consecuencias serán positivas para países como Chile, Perú, Brasil y Colombia.
Fuente: Pulso