Parlamentarios coinciden en que el puerto de Antofagasta debe seguir en la ciudad

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La carta en la que el empresario Andrónico Luksic emplazó a las autoridades a cerrar el Puerto de Antofagasta si está contaminando, reabre el debate sobre si las instalaciones en las que se acopia y embarca concentrado de cobre, deben seguir operando en pleno corazón de la ciudad.

Luksic explicó que «Si no se quiere al Puerto ahí o se quiere cambiar la concesión, no es decisión nuestra», apuntando a la responsabilidad del Estado y quienes los administran para que definan el futuro del embarcadero local. El grupo Luksic es propietario de Antofagasta plc, del que depende el Antofagasta Terminal Internacional (ATI) que opera una concesión estatal del puerto.

Posturas similares tienen los parlamentarios de la región al ser consultados si debe permanecer el Puerto de Antofagasta en su actual ubicación, a cuadras de colegios, jardines infantiles y clínicas privadas en la Costanera.

«Cualquier puerto es importante en la actividad económica de una ciudad, lo que ocurre es que no se ha modernizado acorde al crecimiento de Antofagasta», sostuvo el senador Pedro Araya.

El paso de trenes y camiones a sus instalaciones se transforman en un elemento de distorsión para la ciudad, dijo el senador, ya que las calles no están del todo preparadas.

Mejillones

Araya recordó que con el proyecto del megapuerto en Mejillones, toda la carga industrial y en especial la minera, ya no sería exportada por Antofagasta. «El puerto local se transformaría en un lugar para contenedores y recaladas turísticas», enfatizó.

Sin embargo, añadió, que no estaba en los cálculos que la carga minera aumentaría de tal forma, que Antofagasta tendría que mantener esta clase de embarques.

«Creo que el puerto no debe salir de la ciudad. Lo que tiene que hacer es compatibilizarse con la ciudad. Eso pasaría porque las cargas mineras y peligrosas para la ciudad no pasen más por Antofagasta», propuso el parlamentario.

En la misma línea contestó el diputado RN José Miguel Castro. «El gran clamor de la región no es que se acabe el puerto. Lo que no deseamos son los contaminantes, como los concentrados de cobre», precisó.

Castro fustigó que constantemente recibe noticias de que el puerto contamina menos que hace diez años, «pero cualquier empresa que se precie de tener una mirada sustentable, debe ir más allá de la norma de contaminación».

Para la diputada radical Marcela Hernando, si el puerto cumple con todas las medidas ambientales, no sería necesario trasladarlo. Respecto de si estas instalaciones son la fuente de la contaminación registrada en las zonas aledañas, «es la autoridad medioambiental y de salud la que tiene que definirlo de una vez», dijo.

Hernando advierte que la situación del puerto genera divisiones en la ciudad: mientras que para algunos es objeto de críticas por la contaminación, aseguró que hay encuestas que marcan una identificación de la comunidad con el puerto por su rol histórico.

«La minería necesita conectividad para su cadena productiva, pero hoy claramente el puerto no está cumpliendo con los estándares medioambientales», manifestó el diputado regionalista Esteban Velásquez.

Según el exalcalde de Calama, el impacto que está causando la actividad requiere que el Estado tome una decisión al respecto.

«Soy partidario de que el puerto salga, pero no a otra comuna para que también se sacrifique. Hay que buscar un lugar donde el impacto sea el menor posible», puntualizó el parlamentario, quien además señaló que el Estado ha sido indolente con esta situación, dejando la responsabilidad a los privados.

Inversión estatal

Una visión completamente distinta tiene Macarena Carvallo, abogada que en 2016 asumió la presidencia de la estatal Empresa Portuaria Antofagasta (EPA).

La abogada, cuya gestión en EPA concluyó este año, señaló que la empresa portuaria se ha preocupado de cumplir con la normativa, ejecutando importantes inversiones.

«El Estado compró contenedores de volteo herméticos, para que la carga esté sellada y no se genere ningún tipo de contaminación», precisó. También recalcó que la preocupación de EPA ha sido constante para que el puerto se mantenga limpio.

En cuanto a la posibilidad de que las instalaciones sean trasladadas, sostuvo que no posee los conocimientos de logística portuaria como para explicar si ello es posible.

Sin embargo, dijo que en su opinión, Antofagasta creció y crece en torno al puerto. «Conociendo su realidad, personalmente considero que debe quedarse donde está. Es más, creo que el plan regulador debería resguardar todas las áreas portuarias, porque es la posibilidad de que la ciudad siga surgiendo».

Entre 2011 y 2013, Waldo Mora también estuvo en la presidencia del directorio de EPA, cargo que luego dejó para llegar como jefe a la Intendencia.

Mora destacó los esfuerzos realizados en su gestión en temas ambientales, como el traslado de las cargas bolivianas de plomo al sector de Portezuelo.

El exintendente es de la idea de utilizar el puerto de Mejillones para acopiar y embarcar el concentrado de cobre, el producto más polémico en la discusión por la contaminación.

«El puerto es histórico, debe conservarse y lo que podría implementarse es reglamentar qué tipo de cargas seguirá recibiendo», propuso Mora.

 

«Creo que el puerto no debe salir. Lo que tiene que hacer es compatibilizarse con la ciudad», Pedro Araya,, senador indep.»

«El gran clamor de la región no es que se acabe el puerto. Lo que no deseamos son los contaminantes», José Miguel Castro,, diputado RN»

«Si cumple las medidas ambientales no debería trasladarse. Es la autoridad ambiental la que debe definir de una vez», Marcela Hernando,, diputada radical»

«Soy partidario de que el puerto salga (…) a un lugar donde el impacto sea el menor posible», Esteban Velásquez,, diputado regionalista»

 

14 de cada 100 dólares que entran al país, lo hacen por las instalaciones del Puerto de Antofagasta, según detalla en su página web la Empresa Portuaria Antofagasta.

2003 año en que Antofagasta Terminal Internacional (ATI, de Antofagasta plc -Grupo Luksic-), se adjudica la concesión estatal, en el Terminal 2 del puerto.

400 contenedores de volteo adquirió la Empresa Portuaria Antofasgata para efectuar las descargas de manera directa en los buques en la zona de ATI, por lo que el proceso pasó a ser 100% hermético.

Fuente: El Mercurio Antofagasta